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Salvador Mendoza García • 8 de marzo de 2021

La charla interna es una tapadera...


Voy a referirme al término pensar como a esa función de la mente de mantener una conversación con uno mismo. Es una rutina diaria que llevamos a cabo mientras estamos despiertos, y que en muchas ocasiones ni siquiera somos conscientes de ella. 
 
¿Realmente es necesario pasar la jornada entera pensando?
Si no es necesario para llevar nuestra vida, entonces ¿por qué se piensa tanto?
¿Has reparado alguna vez en si ese modo de activar la mente, piensa que te piensa, es saludable?, ¿vale para algo?. ¿Verdad que cansa?.
 
No, definitivamente no es necesario. Si analizas tu día a día, comprobarás que con pensar de vez en cuando sería suficiente: trabajo, estudios, relaciones sociales; todo nuestro alrededor requiere de análisis, comprobaciones, reflexiones y de momentos en los que nuestra mente conversa interiormente para tomar decisiones, o actuar en ciertas direcciones y resolver problemas, aunque el tiempo total de pensamiento debería ocupar unas pocas horas al día. Pero ¿y el resto?. Si eres de esas personas que el resto del tiempo lo rellenas con pensamientos innecesarios para la vida cotidiana (suelen comenzar con “por qué...”, “y si…”, “hay que ver que…”), entonces sufres hiperactividad de pensamiento. 
 
Ese modo de pensar se ha instalado en tu mente por cuestiones emocionales. ¿Cómo?, ¿qué tienen que ver las emociones en todo esto?. 
 
La hiperactividad de pensamiento está relacionada con la sensibilidad. De hecho, es una estrategia de la mente para protegerse de su propio torrente emocional. Esta sensibilidad posee un origen genético, aunque se desarrolla a lo largo de la vida en función de factores como la crianza, las experiencias vividas y los estilos de afrontamiento emocional que se van instalando. Pensar de más es la reacción continuada de nuestra mente para distanciarse, desenfocar o tergiversar la experiencia directa de la emoción. Es una cortina de humo. Tanto si se piensa en lo que últimamente nos tiene preocupados, como si no.
 
Parece claro que si la protección en forma de pensamientos fuese efectiva, estas personas se sentirían emocionalmente estables. Pero no es así, ya que se trata de un parche con consecuencias a medio y largo plazo: el famoso “pan para hoy y hambre para mañana”. El sistema se protege del propio torrente emocional, aunque este hecho, a lo largo de la vida, produce más sensibilidad a ciertas emociones, por lo que cuando nos encontramos en situaciones que nos tocan la “fibra sensible”, las reacciones suelen aparecer en forma de ansiedad, impulsividad, obsesión, etc.
 
Existe una estrategia para cambiar el curso de esta tendencia y corregir sus consecuencias, pues éstas son nefastas para nuestra salud psicológica. En consulta se trabaja con ejercicios prácticos que muestran formas de actuar frente a lo que se piensa y siente, que generan cambios en la sensibilidad y, como consecuencia de ello, también producen una disminución de la hiperactividad de pensamiento. El fin de todo esto es conseguir una estabilidad emocional, que nos permita llevar una vida plena y saludable, tanto en lo psicológico como en lo emocional. 
 
Conclusión: no intentes gestionar tus emociones. ¡Aprende a gestionarte frente a tus emociones!

Por Salvador Mendoza García 1 de octubre de 2024
Las "Entidades" que Habitan en Nuestro Ser y Cómo Afectan a Nuestro Bienestar Dentro de cada uno de nosotros coexisten varias "entidades" que afectan a nuestras decisiones, emociones y comportamientos. No se trata de seres externos, sino de diferentes aspectos de nuestro cuerpo/psique que tienen un papel crucial en nuestra vida diaria. Estas entidades son la Mente Racional, el Ego, el Cuerpo, las Emociones, la Consciencia y el Instinto Animal. Todas interactúan entre sí y logran, o no, un equilibrio que determina nuestro bienestar. No pretendo que este artículo tenga un rigor científico, ya que su objetivo es ofrecer ideas sencillas y útiles para la vida cotidiana, más que profundizar en teorías complejas. 1. La Mente Racional – El Estratega La mente racional es la que organiza, interpreta, analiza y busca soluciones. Es la parte que te ayuda a hacer planes, resolver problemas y tomar decisiones lógicas. Le gusta el control y prefiere el orden a la incertidumbre. Utiliza el lenguaje como medio para expresarse. Pero la mente racional no siempre está en sintonía con las emociones o el cuerpo. Cuando no se escucha a estas otras partes, pueden surgir conflictos. Aunque la mente puede planificar muy bien, no siempre tiene en cuenta las necesidades emocionales o físicas. 2. El Ego – El Arquitecto de la Identidad El Ego se encarga de construir y proteger nuestra identidad. Es la parte de nosotros que se preocupa por cómo nos ven los demás, quiere ser valorada y apreciada. Aunque muchas veces se le asocia con lo negativo, el ego también nos da la motivación para superarnos, establecer metas y sentirnos realizados. Sin embargo, cuando el Ego toma demasiado control, podemos obsesionarnos con la aprobación externa y olvidar nuestras necesidades más profundas. El Ego no es ni bueno ni malo en sí mismo, pero necesita estar en equilibrio con las demás entidades para que no dirija todos nuestros comportamientos. 3. El Cuerpo – El Sabio en Silencio El cuerpo es quien nos da las señales más claras de lo que realmente necesitamos, pero muchas veces lo ignoramos. El cuerpo habla a través de sensaciones físicas: cansancio, energía, dolor o bienestar. Cuando no lo escuchamos, el cuerpo empieza a gritar en forma de dolores, tensiones o enfermedades. El Ego y la mente racional, en ocasiones, tratan de ignorar las señales del cuerpo para seguir adelante con los planes o mantener la apariencia, pero a largo plazo, eso puede ser perjudicial para nuestra salud. 4. Las Emociones – El Torbellino Interior Las emociones son las que nos mueven. Son poderosas, impredecibles y, a menudo, difíciles de controlar. Nos dicen lo que realmente sentimos sobre una situación, más allá de lo que la mente racional planea. Las emociones nos conectan con lo que realmente nos importa en la vida. Sentimos emociones básicas que nos impulsan a reaccionar para sobrevivir, relacionarnos, proteger al grupo, etc., y otras más complejas que tienen que ver con nuestra capacidad de imaginar y recordar: esperanza, frustración, vergüenza, etc. El desafío es aprender a escuchar nuestras emociones sin dejarnos arrastrar completamente por ellas, ya que a veces pueden ser abrumadoras o guiarnos de manera impulsiva. 5. La Consciencia – El Observador Imparcial La consciencia es la entidad que observa todo lo que ocurre dentro de nosotros sin involucrarse demasiado. Es la que nos permite tomar distancia y reflexionar. Cuando cultivamos nuestra consciencia, podemos gestionar mejor nuestras emociones, las necesidades del cuerpo y las demandas del ego. La consciencia no toma partido ni fuerza decisiones, pero nos da la perspectiva para ver cómo todas las demás entidades interactúan y nos permite actuar con más claridad. De hecho, es probable que este texto lo estés leyendo activando tu consciencia. 6. El Instinto Animal – El Guardián Primario El instinto es nuestra parte más primitiva. Está ahí para protegernos del peligro, para reaccionar de manera rápida ante situaciones que percibe como amenazas y también para relacionarnos, reproducirnos, etc. Sin embargo, en el contexto moderno, este instinto puede malinterpretar situaciones, activando respuestas de lucha o huida ante amenazas que no son reales (como una situación estresante en el trabajo, por ejemplo). El instinto es crucial para nuestra supervivencia, pero a veces entra en conflicto con la mente racional, que prefiere analizar antes de actuar, o con el ego, que quiere mantener una imagen de fortaleza ante los demás. Cómo Interactúan las Entidades Cada una de estas entidades tiene un papel importante, pero es la forma en la que interactúan entre sí lo que determina nuestro bienestar general. Veamos cómo se relacionan: La Mente Racional y las Emociones : La mente quiere orden y lógica, mientras que las emociones son impredecibles y a menudo no tienen sentido para la lógica racional. La clave es aprender a escuchar las emociones sin permitir que dominen completamente nuestras decisiones, y a la vez, dejar que la mente racional nos guíe sin ignorar lo que sentimos. El Ego y el Cuerpo : A menudo, el Ego ignora las necesidades del cuerpo para mantener una imagen o cumplir con expectativas externas. Por ejemplo, podemos seguir trabajando o haciendo ejercicio a pesar de que nuestro cuerpo nos pide descanso. Esta desconexión entre el Ego y el cuerpo puede llevar a enfermedades o agotamiento. El equilibrio radica en permitir que el cuerpo tenga voz en nuestras decisiones, sin que el Ego lo silencie. El Ego y las Emociones : El Ego quiere mantener el control y proyectar una imagen de fortaleza, mientras que las emociones pueden hacer que nos sintamos vulnerables. El Ego a veces intenta reprimir las emociones para evitar mostrarse débil, pero esta represión puede generar tensiones internas. Es importante que el Ego permita que las emociones se expresen, sin preocuparse tanto por lo que los demás pensarán. La Consciencia y las Demás Entidades : La Consciencia es quien puede ver el panorama completo. Nos permite notar cuando el Ego está tomando demasiado control, cuando la mente está sobreanalizando, o cuando las emociones necesitan ser atendidas. No toma partido, pero su capacidad de observar sin juzgar nos ayuda a encontrar un equilibrio entre todas las demás entidades. Cuando activamos nuestra consciencia, podemos navegar mejor por los conflictos internos. El Instinto y la Mente Racional : El instinto actúa rápido, sin pensar, mientras que la mente racional quiere analizar cada situación. A veces, este conflicto puede generar ansiedad: el instinto nos impulsa a reaccionar, mientras que la mente racional nos dice que esperemos. Encontrar el equilibrio entre la rapidez del instinto y la reflexión de la mente es clave para tomar decisiones efectivas sin caer en impulsividad o parálisis. El Camino hacia el Equilibrio El bienestar se logra cuando todas estas entidades encuentran un equilibrio. No se trata de silenciar al Ego, de controlar las emociones, ni de dejar que la mente racional tome todas las decisiones. Se trata de permitir que cada una de estas partes de nosotros tenga su lugar y de ser conscientes de cuándo una de ellas está dominando de manera negativa. La Consciencia es nuestra mayor aliada para lograr este equilibrio, ya que nos permite observar cómo interactúan todas las entidades y hacer ajustes cuando es necesario. Nos permite escuchar al cuerpo cuando necesita descanso, reconocer las emociones cuando necesitan ser expresadas, y moderar al Ego cuando está tomando demasiado control. Cada entidad tiene su valor, y el objetivo no es eliminar ninguna de ellas, sino aprender a vivir con todas de manera armoniosa. El bienestar surge cuando logramos que todas nuestras partes trabajen juntas, en lugar de competir entre ellas. Este equilibrio es lo que nos permite vivir una vida más plena y en paz con nosotros mismos, aceptando cada parte de nuestra psique sin dejar que ninguna domine por completo. ¡Recuerda, todas las entidades dentro de ti tienen su función, y cuanto más las conozcas, mejor será tu bienestar!
Por Salvador Mendoza García 20 de junio de 2024
Los estilos de apego desarrollados en la infancia influyen en cómo las personas se relacionan con varias áreas de su vida adulta . El apego es el vínculo emocional que se forma entre una persona, generalmente un niño /a , y su cuidador principal. Este lazo proporciona seguridad y afecto, y es crucial para el desarrollo emocional y social del individuo. Un apego fuerte y seguro ayuda a construir relaciones saludables y confianza en uno mismo a lo largo de la vida. El apego seguro fomenta relaciones equilibradas y saludables, mientras que los estilos inseguros pueden conducir a dependencias, evitación o conflictos en diversas áreas, como el apego intelectual, social, espiritual, a la rutina y a la tecnología. Asimismo, existen trastornos psicológicos en etapas jóvenes y adultas que están relacionados con estos vínculos formados en la infancia. Reconocer estas conexiones es fundamental para entender y mejorar el bienestar emocional y las relaciones a lo largo de la vida. Veamos los tipos de apego formados en la infancia y su relación con los que se pueden establecer en la vida adulta. 1. Apego Seguro Los niños con apego seguro sienten que sus cuidadores son una base segura y responden de manera consistente a sus necesidades emocionales y físicas. Causas en la Infancia: Cuidadores sensibles y atentos, que responden de manera apropiada a las señales del niño . En la vida adulta: - Forman relaciones saludables y confiadas con otros. - Se sienten seguros explorando nuevas ideas y aprendiendo, sin miedo al error o al juicio. - Se integran fácilmente en grupos y comunidades, manteniendo su identidad y sin miedo al rechazo. - Desarrollan una conexión equilibrada con creencias espirituales, sin depender de ellas para su autoestima. - Mantienen rutinas saludables sin sentirse rígidos o ansiosos cuando hay cambios. - Usan la tecnología de manera equilibrada, sin desarrollar dependencia o adicción. 2. Apego Inseguro Evitativo Los niños con apego evitativo aprenden a auto-consolarse y a no depender de los demás debido a cuidadores emocionalmente distantes o no disponibles. Causas en la Infancia: Cuidadores que desalientan la expresión emocional o que no están disponibles emocionalmente. En la vida adulta tienden a: - Evitar la intimidad y pueden parecer distantes en sus relaciones. - Mostrarse cerrados a nuevas ideas o cambios en sus creencias firmes. - Evitar la participación en grupos sociales, prefiriendo la independencia. - Ser escépticos o distantes de prácticas espirituales, buscando autonomía. - Tener rutinas estrictas como una forma de mantener el control y evitar la incertidumbre. - Usar la tecnología como un escape para evitar interacciones sociales. Ejemplo de consecuencia: Trastorno de Personalidad por Evitación Descripción: Los adultos con este apego pueden evitar relaciones íntimas y situaciones que requieran interacción social debido al miedo a la crítica, desaprobación o rechazo. 3. Apego Inseguro Ambivalente Los niños con apego ambivalente experimentan respuestas inconsistentes de sus cuidadores, a veces disponibles y otras veces no. Causas en la Infancia: Cuidadores impredecibles en su disponibilidad y respuesta a las necesidades del niño. En la vida adulta pueden: - Tener relaciones marcadas por la ansiedad y la dependencia, buscando validación constante. - Ser inseguros respecto a sus conocimientos y buscar constante aprobación externa. - Mostrarse muy dependientes de la aprobación social y temer el rechazo. - Aferrarse intensamente a creencias espirituales como una fuente de seguridad y consuelo. - Depender fuertemente de rutinas para sentir estabilidad y seguridad. - Volverse dependientes de la tecnología para recibir validación social y conexión constante. Ejemplo de Trastorno en Edades Adultas: Trastorno de Ansiedad Generalizada Descripción: Los adultos con apego ambivalente pueden sufrir de preocupación excesiva y constante por diferentes aspectos de la vida, acompañado de síntomas físicos como tensión muscular y fatiga. 4. Apego Desorganizado Los niños con apego desorganizado han experimentado comportamientos contradictorios y a menudo aterradores de sus cuidadores, como abuso o negligencia. Causas en la Infancia: Cuidadores que son fuente de temor o maltrato, o que tienen comportamientos extremadamente inconsistentes y caóticos. En la vida adulta tienden a: - Tener relaciones caóticas y conflictivas, con dificultad para regular las emociones. - Mostrar confusión y conflicto respecto a sus ideas y creencias. - Tener dificultades significativas para mantener relaciones sociales estables. - Establecer una relación confusa o ambivalente con la espiritualidad. - Tener dificultades para establecer y mantener rutinas. - Desarrollar una relación problemática con la tecnología, usando de manera desorganizada o compulsiva. Ejemplo de Trastorno en Edades Adultas: Trastorno Límite de la Personalidad Descripción: Los adultos con apego desorganizado pueden tener relaciones intensas e inestables, problemas de autoimagen y comportamientos impulsivos, así como una intensa reacción emocional. Si te has identificado con alguno de estos tipos de apego, ten en cuenta que las consecuencias en la vida adulta se pueden regular para llevar una vida emocionalmente más estable. Muchas personas logran adaptarse y generar cambios significativos en sus vidas. Si no lo consigues por tu cuenta, buscar ayuda profesional puede ser una excelente manera de abordar y desbloquear las consecuencias de los apegos inseguros.
Por Salvador Mendoza García 18 de marzo de 2024
Imagínate que somos como unos smartphones de última generación, pero en lugar de chips y circuitos, estamos hechos de genes y neuronas. Nuestro software viene de fábrica con unas apps preinstaladas que han ido evolucionando durante miles de años. Estas apps son nuestros instintos y emociones, diseñados para que la especie humana sobreviva y se reproduzca. Pero aquí está el giro: mientras que un teléfono está hecho para funcionar de manera óptima con sus apps de fábrica, nosotros, los humanos, tenemos algo más. Tenemos algo parecido a una app de conciencia que nos permite pensar sobre nuestro pensamiento, sentir sobre nuestros sentimientos y cuestionar todo lo que viene preprogramado. Pero, ¿qué pasa cuando este sistema operativo avanzado que tenemos encuentra un error o un conflicto entre apps? Bueno, es como cuando tu teléfono se traba porque dos apps están tratando de hacer cosas diferentes al mismo tiempo. Nuestros cerebros, increíblemente complejos, están llenos de estas tensiones. Por un lado, tenemos instintos básicos y emociones que nos empujan hacia comportamientos que alguna vez fueron útiles para nuestros ancestros (como la ansiedad que nos mantenía alerta ante depredadores, o el fuerte impulso de proteger y cuidar a nuestros pequeños). Por otro lado, tenemos esta capacidad única de imaginar, de soñar con un futuro, de aspirar a la felicidad. Ahora, aquí viene la parte complicada: la felicidad. Este concepto moderno de buscar la felicidad a toda costa puede que no esté del todo alineado con nuestro software evolutivo. Nuestro cerebro no está diseñado primordialmente para ser feliz; está diseñado para sobrevivir y reproducirse. La felicidad, como la entendemos hoy, es como una app que descargamos porque nos dijeron que era genial, pero que nuestro sistema no siempre sabe cómo ejecutar correctamente porque no venía incluida de fábrica. Entonces, nos encontramos en esta encrucijada evolutiva. Por un lado, queremos ser felices, vivir en paz, amar libremente, disfrutar de la vida. Pero por otro lado, nuestros cerebros están llenos de estas preprogramaciones antiguas que a veces nos empujan en direcciones completamente diferentes. Y aquí es donde aparecen muchos de nuestros problemas y conflictos internos. Es como si estuviéramos atrapados entre dos mundos: el mundo de nuestros ancestros cazadores y recolectores, y el mundo moderno de las redes sociales, los trabajos de oficina y los viajes a Marte. La gran pregunta es: ¿cómo navegamos este mundo moderno con un cerebro lleno de software prehistórico? No hay respuestas fáciles. Pero entender que somos el resultado de este increíble proceso evolutivo, y que muchos de nuestros impulsos y emociones tienen raíces antiguas, puede ayudarnos a ser más comprensivos con nosotros mismos y con los demás. Podemos empezar a ver nuestros problemas psicológicos no como fallas, sino como señales de que estamos tratando de ejecutar apps modernas en un sistema que no siempre está preparado para ellas. Quizás, con tiempo y esfuerzo, podemos aprender a actualizar nuestro sistema, o al menos a manejar mejor estos conflictos internos, en nuestra búsqueda constante por una vida plena y, ojalá, feliz.
Por Salvador Mendoza García 5 de febrero de 2024
Mi Aventura Como Detective en la Ciudad de la Mente Imaginen que soy un detective, pero no uno cualquiera. Mi trabajo es en una ciudad muy especial: la Ciudad de la Mente. Esta ciudad es un enorme rompecabezas donde cada pieza es un pensamiento o un sentimiento distinto. Un día, me enfrento a un desafío enorme: descubrir por qué la gente en esta ciudad se siente triste, ansiosa o asustada. Comienzo mi investigación recorriendo toda la ciudad. Visito la Calle de la Tristeza, el Parque de la Ansiedad, incluso me aventuro al Barrio del Miedo. En cada lugar, escucho historias diferentes, pero algo empieza a llamarme la atención: aunque los problemas parecen variados, hay algo que se repite, como una sombra que se desliza por todas estas calles. Ahí es cuando decido cambiar mi estrategia. En lugar de tratar cada problema como un misterio separado, me propongo buscar lo que tienen en común. Es como si, en lugar de perseguir a muchos ladronzuelos, estuviera tras la pista de un gran jefe que controla todo desde las sombras. Pero aquí es donde mi historia toma un giro inesperado. En la Ciudad de la Mente, no hay un "villano" claro como en las películas. Lo que encuentro es mucho más enrevesado: patrones de comportamiento, estilos de afrontamiento emocional, y pensamientos de la gente, todos entrelazados y afectándose mutuamente. Entonces, empiezo a reflexionar. En el mundo de la medicina tradicional, los doctores buscan un virus o una bacteria específica para tratar una enfermedad. Pero en mi ciudad, la Ciudad de la Mente, ese enfoque no funciona. Aquí, no puedes buscar un único "malhechor" porque lo que sucede en la mente es como un gran baile donde todos están conectados. Entonces pensé: aunque la psicología puede aprender de la medicina en cuanto a ser más metódica y precisa, no puede imitarla completamente, o por lo menos no en el trabajo del día a día del psicólogo. La mente no es como un órgano que se cura aisladamente. Es un universo lleno de historias, emociones y pensamientos entrelazados. Como detective en esta ciudad, mi labor no es encontrar un único culpable, sino comprender cómo todo está interconectado y ayudar a las personas a ver cómo sus pensamientos y emociones se influencian entre sí. Es una tarea más compleja, pero infinitamente más fascinante. A esta forma de hacer psicología se le llama Psicología Transdiagnóstica.
Por Salvador Mendoza García 8 de enero de 2024
Descubriendo la Disociación En medio de nuestras vidas aceleradas, es común caer en la trampa de los pensamientos que nos alejan del presente. ¿Cuántas veces te has perdido en preocupaciones sobre el pasado o el futuro, sin darte cuenta de lo que está sucediendo justo frente a ti? Este fenómeno tiene un nombre: desconexión, una separación entre lo que pensamos y lo que sentimos, un deslizamiento inadvertido en bucles mentales que nos impide estar plenamente presentes en el ahora. La desconexión no es solo mental; también afecta nuestro cuerpo. Cuando las tensiones diarias nos abruman, es fácil vivir en nuestras cabezas, ignorando las señales que nuestro cuerpo nos envía. Esta falta de conexión tiene un impacto negativo en nuestra habilidad para adaptarnos y sentir de manera adaptativa, ya que nuestras sensaciones físicas y emocionales son una brújula vital. Visualiza un día típico: te enfrentas a una lista interminable de tareas, tu mente zambullida en la resolución de problemas y planificación. En este proceso, te desconectas de las sensaciones de tu cuerpo, como si estuvieras en modo automático. Este estado se convierte en un bucle diario, limitando tu capacidad para adaptarte y disfrutar plenamente de la vida. Esta desconexión influye en cómo percibimos y respondemos al mundo que nos rodea, y es aquí donde entra la importancia de reconectar con nuestras sensaciones corporales. La invitación es sencilla: toma conciencia de tu experiencia presente. Observa esos patrones de pensamiento que te arrastran lejos del momento actual y regresa a las sensaciones corporales. La meditación y la atención plena son herramientas prácticas que te ayudarán a salir de los bucles mentales y a regresar a tu experiencia inmediata. Reconectar con las sensaciones corporales no solo te permite vivir de manera más completa, sino que también mejora tu capacidad de adaptación. Al estar plenamente presente, puedes responder de manera más efectiva a los desafíos y cambios, rompiendo con las respuestas automáticas. En resumen, la desconexión en la vida cotidiana es un fenómeno común que afecta nuestra capacidad para sentir y adaptarnos. La clave para superar esta desconexión radica en la atención consciente, la reconexión con nuestras sensaciones corporales y la elección deliberada de vivir plenamente en el presente. Integrar estas perspectivas puede transformar tu experiencia diaria y construir una conexión más profunda contigo mismo y con el mundo que te rodea. En este viaje, descubrirás que al navegar hacia la reconexión, también descubres una forma más rica y satisfactoria de experimentar la vida.
Por Salvador Mendoza García 22 de marzo de 2023
Introducción El abandono en la infancia es un problema que, lamentablemente, afecta a un número significativo de niños en todo el mundo. El abandono puede ser físico, emocional o ambos, y puede tener consecuencias profundas y duraderas en el desarrollo y bienestar emocional de los individuos afectados. La mayoría de los traumas por abandono ocurren sin que se produzca lo que cualquier persona entendería por “abandono” de un menor, ya que lo habitual es que se dé dentro de un marco de crianza con intermitencias en la atención o en medio de conflictos familiares. En este artículo, exploraremos las causas y consecuencias del trauma por abandono en cualquiera de sus formas, así como el impacto que puede tener en la vida adulta. I. Causas del abandono en la infancia El abandono en la infancia puede ocurrir por diversas razones, algunas de las cuales incluyen: 1. Problemas familiares: conflictos familiares, separaciones, divorcios o situaciones de violencia doméstica que pueden llevar a que un niño sea abandonado emocional o físicamente. 2. Incapacidad de los padres: problemas de salud mental, adicciones o falta de habilidades parentales. 3. Factores económicos y sociales: la pobreza, la inestabilidad económica o la falta de acceso a recursos y apoyos adecuados pueden dificultar que los padres atiendan adecuadamente a sus hijos. 4. Abuso o negligencia: los niños que sufren abuso o negligencia, ya sea física, emocional o sexual, pueden experimentar abandono emocional como resultado del trauma. II. Consecuencias del abandono en la infancia El trauma por abandono en la infancia puede tener efectos negativos en el desarrollo y bienestar emocional de un niño. Algunas de las consecuencias más comunes incluyen: 1. Problemas emocionales y de comportamiento: la ansiedad, la depresión, la baja autoestima y la dificultad para establecer relaciones interpersonales saludables son algunas de las secuelas emocionales del abandono en la infancia. 2. Trastornos del apego: problemas en el desarrollo del apego seguro, lo que puede llevar a patrones de apego ansioso o evitativo en las relaciones futuras. 3. Trastorno de estrés postraumático (TEPT): el abandono puede ser un evento traumático que cause síntomas de TEPT, como pesadillas, flashbacks y evitación de situaciones que recuerden lo vivido. 4. Problemas académicos y laborales: el trauma por abandono puede afectar la capacidad de un niño para concentrarse y aprender, lo que puede llevar a dificultades académicas y laborales en la vida adulta. III. Impacto del abandono en la vida adulta Las consecuencias del abandono en la infancia pueden persistir hasta la vida adulta, afectando la calidad de vida y el bienestar emocional de los individuos afectados. Algunos de los problemas que pueden enfrentar los adultos que sufrieron abandono en la infancia incluyen: 1. Dificultades en las relaciones personales: las personas que experimentaron abandono en la infancia pueden tener dificultades para establecer relaciones saludables y duraderas, ya que pueden tener miedo de ser abandonadas nuevamente. 2. Problemas de salud mental: la ansiedad, la depresión y otros trastornos de salud mental pueden ser más prevalentes en adultos que sufrieron abandono en la infancia, ya que estos traumas pueden condicionar la manera en la que enfrentan situaciones estresantes y desafiantes a lo largo de su vida. 3. Dificultades en el trabajo: los adultos que sufrieron abandono en la infancia pueden enfrentar problemas en el ámbito laboral, como dificultades para mantener un empleo, establecer metas profesionales y trabajar en equipo. Estos problemas pueden deberse a la falta de habilidades sociales, la baja autoestima o la incapacidad para manejar el estrés de manera efectiva. 4. Repetición de patrones de abandono: una víctima del abandono puede repetir este tipo de patrones en sus propias relaciones, ya sea con sus parejas, amigos o incluso con sus propios hijos. Esta repetición puede deberse a la falta de modelos de comportamiento saludables y a la internalización de creencias negativas sobre sí mismos y sobre las relaciones. IV. Superando el trauma por abandono en la infancia A pesar de las dificultades y desafíos asociados con el abandono en la infancia, es posible superar estos traumas y llevar una vida plena y satisfactoria. Algunas estrategias para enfrentar y superar el abandono incluyen: 1. Terapia: trabajar con un terapeuta puede ayudar a las personas que sufrieron abandono a procesar sus traumas, desarrollar habilidades de afrontamiento saludables y fortalecer su autoestima. 2. Construcción de relaciones saludables: el establecimiento de relaciones interpersonales sólidas y de apoyo puede ser fundamental para superar el trauma. Las amistades, las relaciones románticas y el apoyo de la comunidad pueden ser recursos valiosos en el proceso de curación. 3. Educación y crecimiento personal: aprender sobre el abandono en la infancia y sus consecuencias puede ayudar a los adultos a comprender y abordar sus propias experiencias. Participar en actividades de crecimiento personal, como la lectura, la meditación o el ejercicio, también puede ser beneficioso para mejorar el bienestar emocional y la resiliencia. 4. Auto-cuidado y manejo del estrés: desarrollar estrategias de autocuidado y manejo del estrés puede ser fundamental para enfrentar y superar el trauma por abandono en la infancia. Ejemplos de prácticas de autocuidado incluyen dormir lo suficiente, llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y dedicar tiempo a actividades placenteras y relajantes. V. Prevención del abandono en la infancia La prevención del abandono en la infancia es crucial para evitar los efectos negativos a largo plazo asociados con el trauma. A continuación, se presentan algunas estrategias para prevenirlo: 1. Fortalecimiento de las redes de apoyo: garantizar que las familias y los cuidadores tengan acceso a recursos y apoyos adecuados puede ayudar a prevenir situaciones de abandono. Esto incluye servicios de salud mental, programas de apoyo para padres y recursos económicos. 2. Educación sobre crianza y habilidades parentales: capacitar a los padres y cuidadores en habilidades parentales efectivas y prácticas de crianza saludables puede disminuir la probabilidad de abandono emocional y físico. 3. Intervención temprana: identificar y abordar situaciones de riesgo de abandono en etapas tempranas puede ayudar a prevenir el trauma en la infancia. Los profesionales, como médicos, maestros y trabajadores sociales, pueden desempeñar un papel fundamental en la detección de posibles situaciones de abandono y en la derivación de las familias a servicios de apoyo. 4. Concienciación y promoción de políticas públicas: sensibilizar a la sociedad sobre el abandono en la infancia y sus consecuencias puede contribuir a la prevención de estos casos. La promoción de políticas públicas que aborden las causas subyacentes del abandono, como la pobreza, la violencia doméstica y el acceso limitado a servicios de salud mental, también puede tener un impacto significativo en la reducción del abandono en la infancia. VI. Recursos y apoyo para adultos que enfrentan el trauma del abandono en la infancia Existen diversos recursos y organizaciones que pueden brindar apoyo a adultos que enfrentan el trauma del abandono en la infancia. Algunos de estos recursos incluyen: 1. Grupos de apoyo: participar en grupos de apoyo, ya sean presenciales u online, puede ser una excelente manera de compartir experiencias, obtener apoyo emocional y aprender de los demás que han enfrentado situaciones similares. 2. Terapeutas y consejeros especializados: buscar terapeutas y consejeros que tengan experiencia en el tratamiento de traumas relacionados con el abandono en la infancia puede ser crucial para abordar estos temas de manera efectiva. 3. Organizaciones de apoyo: organizaciones no gubernamentales y sin fines de lucro pueden brindar información, asesoramiento y recursos para quienes enfrentan el trauma del abandono en la infancia. 4. Recursos en línea: blogs, foros y sitios web dedicados a abordar el trauma del abandono en la infancia pueden proporcionar información valiosa y apoyo emocional. En resumen , el abandono en la infancia es un problema complejo y desafiante que puede tener consecuencias duraderas en la vida adulta. Sin embargo, a través de la prevención, la investigación y el apoyo adecuado, es posible abordar y superar estos traumas, permitiendo a quienes los enfrentan llevar vidas plenas y saludables. La concienciación y la comprensión del abandono en la infancia y sus efectos son fundamentales para garantizar que los afectados reciban el apoyo y los recursos necesarios para sanar y prosperar en el futuro.
Por Salvador Mendoza García 16 de marzo de 2023
Introducción La sobredosificación de ansiolíticos en España ha generado una creciente preocupación en los últimos años. A medida que la sociedad se enfrenta a desafíos como el estrés, la ansiedad y el insomnio, cada vez son más las personas que buscan alivio a través de fármacos. Los ansiolíticos, medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central para reducir la ansiedad y facilitar la relajación, han experimentado un notable aumento en su prescripción. Vamos a analizar las causas y consecuencias del consumo excesivo de ansiolíticos en España y ofrecer posibles soluciones para abordar este problema. Principales causas a. Presiones sociales y económicas Abusar de los ansiolíticos puede atribuirse a una combinación de factores, incluyendo el impacto de las presiones sociales y económicas en la salud mental de la población. El desempleo, la inestabilidad laboral y el aumento del costo de vida pueden generar estrés y ansiedad, lo que lleva a las personas a buscar soluciones rápidas y efectivas en forma de medicamentos. b. Falta de acceso a tratamientos alternativos Otro factor que contribuye a la sobredosificación de ansiolíticos es la falta de acceso a tratamientos alternativos, como terapias psicológicas y de apoyo. Aunque existen diferencias entre Comunidades Autónomas, en general los facultativos tienen dificultades para derivar a sus pacientes a los servicios de psicología, debido a la limitada disponibilidad y la falta de recursos en el sistema de salud pública. c. Prescripción inadecuada La prescripción inadecuada de ansiolíticos también es un factor a tener en cuenta. La mayoría de médicos utilizan estas sustancias de manera correcta, aunque las dificultades expuestas en el punto anterior, pueden implicar prescripciones excesivas en dosis o tiempo de uso. d. Automedicación En España, la legislación establece que ciertos medicamentos solo pueden ser dispensados en farmacias bajo la presentación de una receta médica. Los ansiolíticos, son en su mayoría benzodiacepinas y forman parte de este grupo. Para garantizar el cumplimiento de las leyes y proteger la salud y la seguridad de los pacientes, es crucial que los profesionales de farmacias promuevan el uso responsable de medicamentos. Además, es importante que los pacientes sean conscientes de los riesgos asociados con el uso indebido de medicamentos que requieren receta y que busquen la orientación de profesionales de la salud antes de tomar cualquier medicación. Consecuencias más comunes a. Dependencia y tolerancia El uso prolongado de ansiolíticos puede generar dependencia física y psicológica, así como tolerancia. Esto significa que, con el tiempo, los pacientes pueden requerir dosis más altas para lograr el mismo efecto, lo que aumenta el riesgo de efectos secundarios y complicaciones. b. Efectos secundarios y riesgos para la salud Los ansiolíticos pueden tener efectos secundarios importantes, como somnolencia, mareos, debilidad muscular y problemas de memoria. Además, el consumo excesivo de estos medicamentos puede aumentar el riesgo de accidentes de tráfico, caídas y otros problemas de salud. c. Impacto en la calidad de vida Utilizar ansiolíticos de manera inadecuada puede afectar negativamente la calidad de vida de los pacientes, ya que limita su capacidad para enfrentar y superar problemas de manera efectiva. Además, la dependencia de estos medicamentos puede generar un ciclo de ansiedad y consumo que dificulta la recuperación. Soluciones para abordar la problemática a. Promover tratamientos alternativos Para abordar la problemática sobre el abuso de ansiolíticos, es fundamental promover tratamientos alternativos, como la terapia cognitivo-conductual, la terapia de aceptación y compromiso, y otras intervenciones psicológicas. Estos tratamientos pueden ser igualmente efectivos en el manejo de la ansiedad y el insomnio, y presentan menos riesgos que los medicamentos. Además, es importante aumentar la accesibilidad y la cobertura de estos tratamientos en el sistema de salud pública. b. Formación y educación médica Es esencial proporcionar una formación adecuada a los profesionales de la salud para garantizar una prescripción responsable y adecuada de ansiolíticos. Los médicos deben estar informados sobre los riesgos y beneficios de estos medicamentos, así como sobre las alternativas disponibles. Además, se debe fomentar la comunicación y la colaboración entre médicos y profesionales de la salud mental para garantizar un enfoque multidisciplinario en el tratamiento de la ansiedad, el insomnio o cualquiera de las alteraciones en los que estos medicamentos son prescritos. c. Campañas de concienciación pública Las campañas de concienciación pública pueden ayudar a informar a la población sobre los riesgos del abuso de ansiolíticos y fomentar el uso responsable de estos medicamentos. Además, estas campañas pueden promover la importancia de buscar ayuda profesional y explorar tratamientos alternativos para el manejo de la ansiedad y los trastornos asociados. d. Seguimiento y control de la prescripción Implementar sistemas de seguimiento y control de la prescripción puede ayudar a reducir estas prácticas. Estos sistemas permitirían identificar patrones de prescripción inadecuados y tomar medidas correctivas. Además, el monitoreo regular del consumo de ansiolíticos en la población puede contribuir a la identificación temprana de problemas y a la implementación de estrategias preventivas. Conclusión El abuso de este tipo de medicamentos en España es un problema complejo que requiere una respuesta multifacética. Abordar este desafío implica promover tratamientos alternativos, mejorar la formación y educación médica, concienciar a la población y establecer sistemas de seguimiento y control de la prescripción. Al adoptar estas medidas, se pueden reducir los riesgos asociados con el abuso de ansiolíticos y mejorar la salud mental y el bienestar de la población en general.
Por Salvador Mendoza García 2 de marzo de 2023
La adolescencia es una etapa de la vida en la que los jóvenes buscan formar su identidad y encontrar su lugar en el mundo. En este proceso, la aceptación por parte del grupo de iguales juega un papel crucial, ya que puede afectar significativamente la autoestima, la autoimagen y el bienestar emocional de los adolescentes. Para ellos es mucho más importante la opinión explícita o no del resto de adolescentes, que la que obtienen en su casa o de profesores. Cuando un adolescente es aceptado por sus pares (compañeros de clase, vecinos del barrio, etc., cuyas edades sean similares), se siente valorado y apreciado, lo que le brinda una sensación de pertenencia y seguridad en su entorno social. Esto le permite sentirse cómodo siendo él mismo y le da la confianza para participar en actividades sociales y explorar nuevas situaciones. Identificarse con un grupo, ya sea a través de un deporte, afición o cualquier actividad de ocio, le confiere una sensación de seguridad, que termina siendo crucial para su desarrollo psicológico. Por otro lado, el rechazo por parte del grupo de iguales puede tener efectos negativos en la salud mental de los adolescentes, ya que puede llevar a una mayor susceptibilidad a la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental. Además, la falta de aceptación por parte del grupo también puede afectar las relaciones familiares y escolares de los adolescentes. Los jóvenes que se sienten rechazados por sus pares suelen aislarse también en el ámbito familiar -o por el contrario estar excesivamente apegados y dependientes-, lo que agrava las dificultades para relacionarse con sus compañeros de clase. Esto puede llevar a un círculo cerrado que supone mayor sensación de aislamiento y soledad, lo que puede complicar aún más la situación personal del adolescente rechazado. Por todas estas razones, es importante que los adolescentes sean aceptados por su grupo de iguales. Afortunadamente, hay muchas cosas que los padres, educadores y otros adultos podemos hacer para fomentar la aceptación de los jóvenes por parte de sus pares. En primer lugar, es importante que los adultos enseñemos a los jóvenes habilidades sociales y de comunicación efectivas. Los adolescentes que tienen habilidades sociales sólidas y son capaces de comunicarse con confianza y claridad son más propensos a ser aceptados por sus pares. Tanto la desatención en casa (desestructuración, ausencias excesivas de los padres…), como la sobreprotección son extremos que hay que evitar, permitiendo que el/la adolescente cometa sus propios errores y estando atentos a confrontar situaciones cuando sea necesario, aunque siempre bajo el manto del respeto, pues en ocasiones el adulto trata al adolescente como alguien incompleto o inferior. Además, los adultos deben fomentar un ambiente de apoyo y respeto en los entornos sociales de los adolescentes. Esto significa ser proactivo en la creación de ambientes seguros y acogedores, en los que se valoren y respeten las diferencias individuales. También es importante que los adultos proporcionen a los adolescentes oportunidades para desarrollar habilidades y talentos concretos. Los adolescentes que tienen pasatiempos y actividades que disfrutan son más propensos a encontrar otros jóvenes que compartan sus intereses, lo que puede llevar a relaciones más significativas y duraderas. En resumen, la aceptación por parte del grupo de iguales es crucial para el bienestar emocional y mental de los adolescentes. Es importante que los adultos apoyen a los jóvenes en su búsqueda de la aceptación y proporcionen un ambiente seguro y acogedor que fomente la inclusión y la diversidad. Con el apoyo adecuado, los adolescentes pueden encontrar su lugar en el mundo, y ese es un trabajo de todos
Por Salvador Mendoza García 28 de febrero de 2023
Es posible que hayas oído hablar de la terapia de enterramiento en Rusia, una técnica poco convencional que implica ser enterrado en la nieve durante varios minutos como una forma de tratar la depresión. Esta práctica se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años y ha atraído la atención de todo el mundo. En Rusia, esta técnica se llama "banya", y se realiza en una sauna tradicional rusa. El procedimiento implica sentarse en una sala de vapor caliente durante unos minutos, seguido de un baño de agua fría, y finalmente, ser enterrado en la nieve. El proceso se repite varias veces, y los participantes se mantienen bajo la nieve durante un período de tiempo cada vez más largo. Aunque pueda parecer peligroso o incluso aterrador, esta técnica tiene sus raíces en la medicina tradicional rusa, que la ha utilizado durante siglos como una forma de tratar diversas afecciones. Se cree que el choque térmico que experimenta el cuerpo durante este proceso tiene un efecto positivo sobre el sistema inmunológico, el sistema cardiovascular y el sistema nervioso central. Sin embargo, el aspecto más interesante de esta terapia es su supuesta capacidad para tratar la depresión y otros trastornos emocionales. Según los defensores de esta práctica, el enterramiento en la nieve ayuda a reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y aumentar la autoestima. También se dice que ayuda a las personas a sentirse más conectadas con la naturaleza y a encontrar un sentido de paz interior. Hay algunos estudios que respaldan estas afirmaciones. Un estudio realizado en 2016 encontró que el enterramiento en la nieve puede reducir los niveles de cortisol, una hormona del estrés, y aumentar los niveles de serotonina, una sustancia química asociada con el bienestar emocional. Otro estudio encontró que la terapia de enterramiento puede mejorar el sueño y reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta técnica no es adecuada para todos. La terapia de enterramiento puede ser peligrosa para personas con problemas cardíacos, respiratorios o circulatorios, y no debe realizarse sin la supervisión de un profesional capacitado. También puede ser traumática para personas que tienen miedo de la oscuridad o de espacios cerrados. En conclusión, la terapia de enterramiento puede ser una técnica interesante y efectiva para tratar la depresión y otros trastornos emocionales. No es una técnica que tenga en mi repertorio como psicólogo, pero me gusta acercarme a otras formas de abordar los problemas psicológicos.
Por Salvador Mendoza García 23 de enero de 2023
A lo largo de nuestra vida y según vamos viviendo situaciones diversas, las personas nos protegemos de las experiencias dolorosas o traumáticas. Esta protección es como una coraza que se forma a lo largo de la vida y puede incluir mecanismos de defensa como la negación, la represión y la proyección. Se desarrolla a medida que una persona enfrenta situaciones estresantes y difíciles. Puede ser el resultado de experiencias traumáticas, abuso, negligencia o cualquier otra cosa que cause dolor emocional. La coraza es una forma de protegerse de la dolorosa realidad de estas experiencias. Hay varios tipos de mecanismos de defensa comunes que se utilizan para formar una coraza emocional. La negación es uno de ellos. La negación implica negar la realidad de una situación o experiencia. Por ejemplo, una persona que ha sido abusada de niño puede negar que el abuso ocurrió. Uno de los extremos de la negación podría estar relacionado con problemas psicóticos, tipo esquizofrenia, etc. La represión es otro mecanismo de defensa común. La represión implica reprimir los pensamientos y sentimientos dolorosos en lugar de enfrentarlos. Por ejemplo, una persona que ha perdido a un ser querido puede reprimir los pensamientos y sentimientos de dolor en lugar de enfrentarlos y procesarlos. Es habitual que intente distraer su mente para no afrontar el dolor. Otro de los mecanismos es la proyección, que implica atribuir nuestros propios pensamientos y sentimientos a otros. Por ejemplo, una persona que se siente culpable (sentimiento típico de la proyección) puede proyectar esa culpa en otra persona y acusarla de ser la culpable. Esto le "aleja" de su sentimiento, ya que lo traslada a otras personas. Este sistema de protección puede tener un impacto negativo en la salud mental y emocional de una persona. Puede dificultar la capacidad para enfrentar y procesar experiencias dolorosas, lo que puede llevar a problemas como la depresión y ansiedad. Aunque la coraza puede ser útil en el momento en que se forma, a largo plazo puede ser perjudicial para la salud emocional y mental. Es importante aprender a reconocer y manejar los mecanismos de defensa utilizados en la coraza y trabajar para superarlos con el apoyo de un terapeuta o profesional de la salud mental.
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