Las razones por las cuales aparecen estas crisis, suelen estar en el concepto que cada uno tiene de pareja, dando valor a unas cosas sobre otras. Si esta escala de valores es muy diferente en ambos, al final el diálogo se muestra insuficiente para resolver las diferencias. Además, cada uno con su carácter y su manera de exponer los problemas comunes, se termina contaminando la relación de recelos, reproches y malos entendidos.

Se suele escuchar a menudo, que el diálogo es muy importante, aunque en mi opinión, si bien lo considero necesario, no es tanto el "qué" como el "cómo" de las conversaciones que se establecen entre la pareja. Además, discutir, o incluso dialogar podría convertirse en un arma de doble filo. El "tú más" es el pan de cada día en las relaciones con problemas, con lo que conseguir que cada uno se mire su propio ombligo para corregir o modificar aspectos concretos de la relación, es sin duda uno de los puntos clave para resolver adecuadamente los conflictos dentro de la pareja.

En muchas ocasiones, uno de los miembros (o los dos) de la pareja, puede tener problemas emocionales o de estabilidad psicológica, que puede estar incidiendo de manera determinante en la relación. Pueden existir, alteraciones de la personalidad, adicciones, etc., que en su caso suelen tratarse por separado y alternarlas con sesiones conjuntas.

La primera sesión siempre se realiza conjunta, y tras evaluar los factores implicados en la crisis, se decide por consenso la manera en la que se estructurarán las sesiones.